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El beso de Judas. Giotto di Bomdone 1304-1313

 


La composición de la escena, la ejecución del dibujo de las figuras que lo componen, destacando el colorido y los detalles de los pliegues de los ropajes, el dinamismo que muestran los personajes todo ello nos señalan claramente hacia una de las obras que abren la pintura moderna, previa para estilística del Renacimiento en los primeros años del trescientos italiano, y el único artista capaz de este desarrollo no es otro que Giotto di Bondone.

El beso de Judas, es una imagen que muestra una escena religiosa de la pasión de Cristo, forma parte del episodio de la Oración del Huerto interrumpida por un grupo armado guiado por Judas que prendió a Jesús, y el momento concreto previo del beso que delata su presencia previa a su prendimiento, de ahí la cantidad de personajes que rodean las dos figuras centrales, Cristo y Judas.  La obra está ejecutada en un fresco sobre pared, formando parte de un complejo narrativo, que el autor realizó en Padua concretamente en la capilla de la arena, por encargo de la familia Scrovegni. El ciclo narrativo está compuesto por tres registros que rodean los muros de la capilla, se inicia con la vida de Joaquín y Ana, la vida de la Virgen, la vida de Cristo y la pasión de Cristo, terminando con la resurrección y la cena de Pentecostés.

El beso de Judas ocupa una posición clave, el centro del registro inferior del muro sur de la capilla, representa un punto decisivo en la narrativa e inicia las escenas de sufrimiento de Cristo. Las figuras centrales de Cristo y Judas se encierran juntas en el epicentro tranquilo de los de la dramática escena que le rodea, en el momento anterior a la consumación del beso, ese momento psicológico en el que sus ojos se encuentran, cuando Judas duda y Cristo visualiza su destino claramente en su mirada. Aquí tenemos la representación humanista de Cristo y la relación entre Dios y la humanidad, que fue característica del punto de vista del Renacimiento.

Giotto es reconocido como el fundador de la pintura moderna occidental, debido a la contribución que hizo al ‘renacer artístico’ que marcó los inicios del arte del Renacimiento. A través de la ilustración interpretativa fue capaz de transmitir la condición humana relacionando la motivación, la emoción y las formas visuales de la expresión humana. Su técnica naturalista y su habilidad para dibujar y atrapar la imaginación del observador permitiéndole identificarse con el drama representado, establecieron su reputación y le ayudaron a ganarse los elogios de artistas y escritores. Giotto fue de gran influencia para la generación de pintores posteriores, eso sí hicieron falta cien años, hasta la llegada de Masaccio para el siguiente desarrollo significativo.

Gran parte de la obra original de Giotto se le puede acreditar a su habilidad para el realismo artístico, tan claramente demostrado en el ciclo de pinturas de la capilla de las Arenas. Hay una correspondencia convincente entre las imágenes y el mundo Cómo lo vemos, retrata posturas, gestos y expresiones familiares, a la vez que las figuras completamente modeladas ocupan un espacio coherente e ilusionista. Logra una integración espacial de su espacio visto y desarticulado a través de una gran variedad de mecanismos complejos de composición y técnica. En cuanto a la cromática del cuadro, yo utiliza efectos coloristas para realzar la unidad espacial del todo, como el azul profundo para integrar las escenas individuales, el color amarillo de la capa de Judas para centrar la atención en las dos figuras principales. La unidad decorativa es aún más realzada empleando una gran variedad de colores utilizados con propósitos conscientes, de forma que establece códigos de color para los protagonistas principales, o los reflejos para evocar una fuente consciente de luz. Los colores saturados para las sombras y enfatizar las figuras importantes como la de Cristo.

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