Introducción
El presente artículo es una síntesis, con carácter recopilatorio, por tanto es un compendio de
información recogida de los diferentes artículos e imágenes que proceden de la
citada bibliografía. Tiene un profundo interés divulgador. Su información está
contrastada por diversas fuentes, además de la propia autoría de los prestigiosos
autores de los mismos.
Agradecimientos a María Cruz por su impecable trabajo para el MAN y a la sección de Ciencia El Periodico.com, por su gran artículo aquí incorporado. Es menester la mayor aportación de estos en este artículo.
Agradecimientos a María Cruz por su impecable trabajo para el MAN y a la sección de Ciencia El Periodico.com, por su gran artículo aquí incorporado. Es menester la mayor aportación de estos en este artículo.
J. Ramón Las Heras
La Cerámica campaniforme
El vaso (recipiente) de cuerpo globular con forma de
campana invertida, de ahí la denominación de campaniforme, que se da a estas formas y, por extensión, a
toda la cerámica con similar decoración. Se realizó modelando la arcilla a
mano, hasta lograr unas paredes muy finas. El exterior fue bruñido y decorado
mediante incisión e impresión. Después fue cocido en atmósfera reductora, esto
es, sin oxígeno, a este tipo de cocción debe su color negro. La decoración de
motivos geométricos sencillos repartidos de forma totalmente simétrica, se
adapta a la forma de la pieza: tres bandas horizontales sobre boca, cuerpo y
base, formada por líneas paralelas horizontales. Las tres bandas están
separadas por dos espacios sin decoración, y cada una de ellas, está formada
por cuatro pares de líneas rellenas de con incisiones pequeñas, paralelas
verticales, y una zona central, más ancha, rellena por líneas paralelas
horizontales en zigzag. Las partes decoradas están resaltadas con yeso blanco
sin cocer incrustado, que contrasta con el color negro de la arcilla.
Figura 1. Vaso Campaniforme en el MAN origen yacimiento Ciempozuelos
Las cerámicas campaniformes han sido consideradas bienes de prestigio en el
seno de las sociedades de buena parte de Europa, en las que determinados
individuos comenzaban a destacarse en el seno de la comunidad. Se vinculan a
rituales de banquete en los que jugaría un papel esencial el consumo de bebidas
alcohólicas.
Este vaso campaniforme
forma parte de la colección de cerámicas campaniformes de Ciempozuelos que se
conserva en el MAN. Las únicas piezas con una procedencia fiable y enteras son el
vaso, la cazuela y el cuenco, expuestos juntos. La cazuela es la forma con
decoración más profusa y minuciosa, con más motivos y elaboración. También tiene
tres áreas: boca, cuerpo y base, que contribuyen a darle el aire de familia que
presenta con el vaso. El cuenco, por el contrario, tiene un único friso
horizontal, y es la pieza con menos parecido con el resto del grupo.
Figura 2. Conjunto Campaniforme en el MAN origen
yacimiento Ciempozuelos
El lote de materiales y resto humano de la necrópolis de
Cuesta de la Reina, Ciempozuelos, proceden de la excavación realizada en 1894
por encargo de la Real Academia de la Historia bajo la dirección de D. Antonio
Vives, entonces académico correspondiente. Se recuperaron entre 1894 y 1895,
durante una excavación de urgencia realizada en dos campañas muy cortas, en
Cuesta de la Reina (Ciempozuelos, Madrid). No se sabe exactamente la ubicación
del yacimiento, porque parece que fue arrasado al construirse la carretera
"de Cuesta de la Reina a San Martín de la Vega", posteriormente
denominada M-404. Se supone que estaba a los pies del Cerro del Castillejo, que
actualmente pertenece a Valdemoro. El resultado de los trabajos se dio a
conocer en el Boletín de la RAH en un estudio firmado por los Sres. Riaño, Rada
y Delgado y Catalina y García. Es uno de los yacimientos más importantes y
conocidos del Horizonte Campaniforme que ha dado nombre a un estilo ornamental
cerámico, del que son una espléndida muestra las tres piezas aquí expuestas.
Figura
3 Conjunto campaniforme de Ciempozuelos en la Real
Academia de Historia. Fecha: 1900 – 1700 a.C. Procedencia: Cuesta de La Reina
(Ciempozuelos, Madrid)
Se llegaron a localizar hasta un total de siete
enterramientos, cuya cronología se estima en torno a inicios del II milenio a.
C. Las evidencias revelan complejos ritos funerarios, que incluyen
enterramientos secundarios y diferencias en la cantidad y la calidad de las
ofrendas lo que se interpreta como indicio de una sociedad que ha dejado de ser
igualitaria. El enterramiento más rico de Ciempozuelos contenía un servicio
cerámico completo (vaso, cazuela y cuenco, como los que se exponen en la figura
3) y los dos objetos metálicos que se muestran, no en vano estos grupos son los
responsables de la generalización de la metalurgia en la Península Ibérica.
Aparecen en una zona de vega apta para actividades económicas
agropastoriles, con suelos fértiles y posibilidad de pastos abundantes. El
Cerro del Castillejo es una elevación natural que constituye un referente muy importante
en la zona, al tiempo que permite controlar visualmente gran parte de la vega.
Figura 4 Ajuar campaniforme del túmulo de la Sima (Miño de
Medinaceli), excavado por Manuel Rojo Guerra. Crédito: Alejandro Plaza, Museo
Numantino
El equipo campaniforme, esto es, un conjunto de objetos
compuesto por cerámica campaniforme (vaso, cazuela y cuenco), el denominado
'equipamiento de arquero' al que suele asociarse esta cerámica (puñal de cobre,
brazal de arquero y puntas de flecha.), y diversos adornos (botones de hueso
con perforación en V, adornos de oro, conchas, cuentas de hueso), que son
objetos escasos y muy valiosos.
Figura 5. recreación del proceso metalúrgico
La
datación y sus grave problemática
Los problemas de documentación arqueológica de las
cerámicas de Ciempozuelos son muy graves. Por ello, la
datación por métodos directos o absolutos es problemática. Existe una fecha de aproximadamente
1800 a.C. obtenida por termoluminiscencia de un fragmento de cerámica lisa de
la colección conservada en la Real Academia de la Historia, pero no es excesivamente
fiable y además no se conoce con exactitud la relación del fragmento fechado
con las cerámicas campaniformes.
La datación por medios indirectos (es decir, mediante la
comparación formal de los objetos que se datan) es también difícil cuando se
trata de las cerámicas campaniformes, porque el marco cronológico en que se
inscriben es muy amplio: se suelen dar fechas, en la meseta, entre 2700-1700 a.C.
Esto quiere decir que estas cerámicas, aunque no aparecen en todos los poblados
y necrópolis, se utilizan durante prácticamente un milenio en sociedades pertenecientes
tanto a 10 que se denomina Edad del Cobre o Calcolítico (tercer milenio a.c.),
como a la Edad del Bronce (segundo milenio a.C.).
La
cuestión de la dispersión geográfica de las cerámicas campaniformes: El
Fenómeno Campaniforme
La cerámica campaniforme se extiende por toda Europa,
donde aparece aproximadamente con la misma cronología que en la meseta y con ligeras
variantes decorativas que dan lugar a diversos estilos regionales que veremos
más adelante, generalmente en contextos funerarios de enterramientos
individuales y formando parte del llamado equipo campaniforme, antes
mencionado. Como ya hemos indicado, esta situación se produce a lo largo de
casi un milenio, en asentamientos tanto de la edad del Cobre como de la edad
del Bronce. Esta permanencia en el espacio y en el tiempo obliga a relacionar
este fenómeno campaniforme con procesos sociales de larga duración y amplio
espacio.
Entre los encontrados en la Península Ibérica,
casos del yacimiento de Palmela (Portugal) y de los citados españoles Cuesta de
la Reina, en Ciempozuelos (Madrid), y del Acebuchal, en Sevilla, todos ellos
documentados en el siglo XIX.
Figura
6 Mapa
de dispersión del Fenómeno Campaniforme
Además de España, este tipo de vaso adquirió un amplio
recorrido en apenas un corto espacio temporal, desde el sur de Escandinavia y
las Islas Británicas, por el norte, hasta el norte de África, por el sur, así
como desde el Atlántico hasta Polonia incluidos los Cárpatos y el Mediterráneo
central. de influencia.
La explicación a esta amplia utilización, tanto
geográfica como temporal, de la cerámica campaniforme puede hallarse en el uso
de la misma como objeto de prestigio, como objeto exclusivo de alto valor social
que se intercambiaba entre las élites dominantes de distintas comunidades que
están en proceso de adquirir su poder de manera hereditaria, por pertenencia a
un linaje concreto.
¿Qué
sucede en Europa durante el Calcolítico y la edad del Bronce para que se
produzca el "fenómeno campaniforme"?
Entre el Calcolítico y la Edad del Bronce se supone que
se estaba resol viendo una situación social fundamental: los jefes dejan
de tener un poder ganado por ellos mismos en función de su valía de cara al
resto del grupo, y empiezan a obtenerlo de forma hereditaria por su familia o
linaje, de forma que sus cualidades personales no son decisivas en su elección
como jefes; una de las evidencias de este cambio de mentalidad es la
generalización de los enterramientos individuales durante la edad del Bronce frente
a los colectivos del Neolítico y Calcolítico. Los enterramientos individuales
se suelen interpretar como una manifestación de las diferencias de poder que
había entre los miembros del mismo grupo, ya que algunas personas tenían derecho
a ser enterradas y otras no. En estas diferencias de poder tendría mucho que
ver el aumento de riquezas por acumulación del excedente alimentario.
En todo este profundo cambio social se suele asumir que
las redes de intercambio fueron muy importantes y aquí es donde entra en escena
el fenómeno campaniforme.
La cultura material de estos poblados está representada, en parte, por una cerámica doméstica poco elaborada, al igual que la industria lítica. Aunque en esta época se generalizó la metalurgia del cobre, la técnica de producción era sencilla: probablemente se hacían piezas de fundición que luego se trabajaban a martillo en frío.
Las
últimas investigaciones
La
llamada cultura del vaso campaniforme, una manera de crear cerámica que supuso
un revolución artística y también social en la Europa del tercer milenio antes
de Cristo, en la Edad del Cobre, se extendió con rapidez desde sus orígenes en
la península Ibérica en un proceso totalmente cultural, sin necesidad de que
hubiera grandes migraciones que exportaran el nuevo conocimiento, según ha demostrado un estudio internacional con destacada participación española que
ha analizado 400 cadáveres prehistóricos de todo el continente. Es decir, la
cultura de vaso campaniforme llegó a Gran Bretaña, Sicilia, Polonia y en
general al centro de Europa, pero sus creadores no exportaron sus genes.
"El
ADN de los esqueletos de las tumbas campaniformes ibéricas no tenía una
relación de proximidad con los del centro del continente", insiste el primer firmante del trabajo, el español Íñigo Olalde, genetista de la Harvard
Medical School de EEUU.
Los detalles del trabajo se han publicado en la revista
Nature.
"La
difusión de la cultura campaniforme desde Iberia sería el primer ejemplo de
cultura que se transmite como idea, básicamente por una cuestión de prestigio
social (esta cultura estaba asociada a virtudes viriles y guerreras) y que por
ello es adoptada por otras poblaciones”, explica el coautor Carles
Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona
(IBE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
y la Universitat Pompeu Fabra (UPF). En el mismo sentido se pronuncia el
también coautor Roberto Risch,
profesor del Departamento de Prehistoria de la Universitat Autònoma de
Barcelona (UAB): "La rápida adopción
de esta cerámica, que debía de estar unida a unas prácticas de consumo muy
específicas, más bien expresa el desarrollo de unas nuevas formas de
comunicación".
Migración a escala social
Hace entre 4.700 y 4.400 años, el nuevo tipo de alfarería
se extendió a lo largo de Europa occidental y central. Durante más de un siglo,
los arqueólogos han intentado determinar si la difusión de la cerámica
campaniforme -y la cultura asociada a ella- representó una migración a gran
escala o se debió sencillamente al intercambio de nuevas ideas.
Ahora, este nuevo estudio, que incluye datos del ADN de
400 esqueletos recogidos de yacimientos de toda Europa, arroja luz sobre este
debate sobre si la difusión se debió a las migraciones o a las ideas, y muestra
que ambas razones son correctas. El estudio muestra que la cultura que produjo
los vasos campaniformes se extendió entre Iberia y Europa central sin un
movimiento significativo de poblaciones, pero más tarde la cultura campaniforme
se extendió a otros lugares a través de migraciones. Concretamente, una vez que
la cultura campaniforme llega al centro de Europa, se expande como un reflujo a
otras zonas, especialmente a las islas Británicas.
Una migración posterior de esta cultura desde la zona de
los Países Bajos supuso la sustitución del 90% de la población británica
Pero en este caso sí representa una migración, y reemplaza
a cerca del 90% de la población. “Es decir, que los neolíticos que construyeron
Stonehenge (que tenían mayor afinidad genética con los neolíticos íberos que
con los de Centroeuropa) casi desaparecen y son reemplazados por las
poblaciones de la cultura campaniforme de Países Bajos y Alemania. Este
reemplazo es casi absoluto a nivel del cromosoma Y (que se transmite por línea
paterna), lo cual indica un sesgo reproductivo extremo (y por tanto una
dominancia social desconocida antes).
El reflujo también acaba llegando a otros sitios como
Italia (al menos en el norte) e Iberia. "Creo factible que esté asociada a
la expansión de las lenguas celticas o protocélticas”, indica Lalueza-Fox.
Bibliografía y webgrafía
Bibliografia:
Riaño, 1.F. et alii, 1894, pp.436-451; Antón,M., 1897, pp. 467-483; Desetoers,
H., 1917, pp. 17-38; Castillo, A.del; 1928; Blasco, C,et alii, 1998.
Clarke, D. (1976): "The Beaker network-social and economic models". En J.N. Lanting & J.D. van der Waals (comps.): Glockenbecher Symposium, Oberried, 1974. Fibula-van Dishoeck. Bussum/Haarlem: 459-477
Comentarios
Publicar un comentario