Los diferentes procesos constitutivos de la UE
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En 1951 se produjo el Tratado constitutivo de la
Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), cuya finalidad fue crear la interdependencia
en el sector del carbón y el acero, la cual asumió el papel de Autoridad
Internacional para la Cuenca del Ruhr, que levantó algunas restricciones sobre
la producción industrial alemana. Esta entidad supranacional del ámbito europeo, regulaba los sectores del carbón y del acero de los Estados miembros. El
Tratado dio origen a las primeras instituciones, como la Alta Autoridad (hoy la
Comisión Europea) y la Asamblea Común (ahora el Parlamento Europeo). Fue el
antecedente directo de la Europa de los Seis: Francia, Alemania Occidental,
Italia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos.
El 25 de marzo de 1957 se firmó en Roma el tratado
homónimo, y el 1 de enero de 1958 entró en vigor. El Tratado de Roma se firmó con la idea
de instaurar la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la
Energía atómica (EUROATOM). El organismo, en un principio, en 1957, solo contaba
con seis miembros: Francia, Italia, Alemania (entonces RFA), Bélgica, Holanda y
Luxemburgo. En 1962 se estableció la Política agrícola común (PAC), al crearse
el mercado único para los productos agrícolas y una política de solidaridad,
mediante el Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola (FEOGA). En 1965
se formalizó el tratado de Fusión o Tratado de Bruselas con la idea de
racionalizar las instituciones europeas, se creó una única comisión y un único
consejo al servicio de las que, por aquel entonces, eran las tres comunidades
europeas (CEE, EUROTOM y CECA).
La primera ampliación supuso la incorporación de Reino
Unido, Irlanda y Dinamarca, en 1973. En 1979 fue elegido por voto directo de
los ciudadanos, el primer Parlamento europeo, aunque con normas que varían de unos países a otros. Posteriormente en 1981 se produjo la incorporación de Grecia. En
febrero de 1986 se acordó el Acta Única Europea, para reformar las instituciones y
preparar la adhesión de España y Portugal, que se produjo ese mismo año, y
agilizar la toma de decisiones para preparar la llegada del mercado único en 1986.
Posteriormente se produciría en 1995 la última ampliación del siglo XX con la adhesión de Austria,
Finlandia y Suecia, formándose la Europa de los 15.
Tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, y el colapso
de la Unión Soviética, Estados Unidos presionó a la UE para tender la mano a
los antiguos miembros del bloque comunista. Pero la primera consecuencia de
importancia fue la unificación de Alemania, un proceso acontecido durante 1989 y
1990, que concluyeron con la adhesión de la antigua República
Democrática Alemana (RDA) a la jurisdicción de la República Federal de Alemania
(RFA), formándose el actual estado de Alemania.
En 1992 se produjo el Tratado de Maastrich para preparar
la Unión monetaria e introducir elementos de unión política y social. Se estableció
la Unión Europea (UE) en sustitución de la CEE, se introdujo el procedimiento
de codecisión, dando más protagonismo al Parlamento en la toma de decisiones; y
además se adoptaron nuevas formas de cooperación entre los gobiernos de la UE
en materia de defensa, justicia e interior. El 1 de enero de 1994 se produjo la
segunda fase de la UE Monetaria (UEM) que comenzará con la creación del
Instituto Monetario Europeo, y en 1999 fue creado el Banco Central Europeo,
fijándose su sede en Frankfurt.
En 1999 se produjo el Tratado de Amsterdam, cuya finalidad
fue reformar las instituciones de la UE para preparar la llegada de futuros países miembros, así se modificaron los Tratados de la CEE y de la UE, y se
avanzó en el mismo sentido en el Tratado de Niza del 2001, donde se modificaron
los métodos de composición de la Comisión y se redefinió el sistema de voto en
el Consejo, terminando de perfilar los preparativos finales antes de la
ampliación de 2004 a 10 nuevos miembros. El 1 de enero de 2002, Billetes
y monedas de la nueva moneda, el Euro, fueron puestos en circulación, sustituyendo las antiguas monedas, aunque no en todos los países miembros (Reino
Unido, Dinamarca y Suecia).
La promesa de integración europea ayudó a consolidar la
democracia en República Checa, Eslovaquia, Polonia, Estonia, Hungría, Eslovenia,
Letonia y Lituania, que se integrarían en la UE en 2004, junto con Malta y Chipre.
En Rumania y Bulgaria el proceso fue posterior, acogidas en el bloque en
2007, al ser las economías con más problemas para su adaptación a la UE. Después
de esos dos ciclos de ampliación, la UE sólo volvería a abrir sus puertas una
única vez, en 2013, para Croacia.
Desde su creación en 1957, la Comunidad Económica Europea
(CCE) que posteriormente será la Unión Europea (UE), ha vivido siete ciclos de
ampliación, ha pasado de 6 a 28 miembros y se ha convertido en el mayor
mercado único del mundo. Sin embargo, hay nueve países de la Unión Europea que
todavía no han adoptado la moneda única: Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Hungría,
Polonia, Reino Unido, República Checa, Rumania y Suecia. Pero actualmente se
enfrenta a otro gran reto, el 23 de junio de 2016 se realizó el Referéndum sobre la
permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, por la presumible salida del Reino
unido por el ‘Brexit’, una situación que sin duda marcará el futuro de la UE.
Por J. Ramón Las Heras
Bibliografía
Benedicto Solsona, Miguel Ángel; Angoso García, Ricardo Europa a debate:
veinte años después (1986-2006) Barcelona: Plaza y Valdés, 2006.
Cuenca García, Eduardo, et al. La ampliación de la Unión Europea. Madrid:
Thomson, 2006.
Benavides Salas, Pablo Europa entre bastidores: perfiles y vivencias.
Burgos: Dossoles, 2007.
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